lunes, 9 de mayo de 2022

Fe y Alegría Bolivia: Una andadura educativa inagotable


Elementos tan simples y comunes, como necesarios y estratégicos para la construcción de estructuras y sociedades, desde las más básicas y elementales en función directa con las circunstancias y el contexto; hasta las más complejas e importantes, no por la dificultad de sus componentes; sino más bien  por el ámbito, el objetivo y los directos beneficiarios de la acción social y transformadora; ese imprescindible cometido no puede ser otro que el más sagrado e inspirador de todos los verbos y acciones humanas, desde el principio de los tiempos y con toda seguridad hasta el final de ellos: el hecho educativo, el enseñar a pescar y a pensar, el proveer las herramientas necesarias y suficientes para crecer individual y socialmente, ese milimétrico y planificado proceso enseñanza–aprendizaje  que de ser óptimamente realizado, resulta en el mejor y más útil regalo que puede obtener una persona de otra; por ello la trascendencia de su adecuada implementación y aplicación.

Y bajo esa lógica tan simplista como contundente y abrumadoramente necesaria, particularmente en determinados contextos donde su trascendencia es aún mayor, precisamente por despertar esa conciencia y luz en el más olvidado; es que la conjunción de voluntades, la verbalización de ese inconformismo y una  fe inquebrantable y a prueba de todo y todos; un grupo de visionarios idealistas pusieron las semillas en Caracas hace 6 décadas, de lo que hoy por hoy resulta ser uno de los movimientos educativos populares más emblemáticos, comprometidos y trascendentes de los últimos tiempos en materia educativa, nace Fe y Alegría como ese faro iluminador e inspirador de miles y miles de niños y adolescentes que orgullosos de su “corazón educativo”, gozan de las oportunidades y derechos que probablemente, sin estos quijotes inolvidables de nuestros tiempos, sencillamente no la hubieran tenido, o se habría convertido en otro de los miles de discursos de intenciones que van perdiendo fuelle con el caminar del tiempo; he ahí la gran diferencia entre la palabra y la acción, entre el hecho y la intención, entre Fe y Alegría y tantos cantamañanas que operan solo de ilusión, más nunca de acción.

Y definitivamente al estar tan bien pensado, intencionado y estructurado; con la educación popular por vertiente y sus característicos valores de compromiso, equidad y justicia social; y de modo tan natural y espontáneo, como agradable y democrático,  es que se va extendiendo como un río de fe, optimismo y alegría por nuestra incomparable América morena, contagiando esa sed de sabiduría e inconformismo al resto de vecinos naturales y pioneros educativos.

Es así que llega hace 56 años a territorio boliviano de la mano y cabeza de Humberto Portocarrero e iniciando esta corriente educativa y social en la ciudad de La Paz, donde las Unidades Educativas Copacabana y Corazón de Jesús en los barrios de la Portada y Pura Pura respectivamente, se convirtieron en esos primeros templos de luz y saber en los cuales el movimiento Fe y Alegría se hacía presente, y que ahora, en pleno aniversario de este 2.022, luego de más de cinco décadas y media de transitar educativamente por toda la geografía boliviana sin excepción,  de norte a sur (desde Cobija a los Lípez) y de este a oeste (desde Corumbá a Huachacalla), podemos decir con orgullo que son  402 centros educativos del país ( 328 de Educación Regular; 10 de Educación Superior; 35 de Educación Alternativa; 7 de educación Especial y 22 de Educación Desescolarizada ); 173.000 estudiantes; 9.200 profesores / educadores y un equipo estratégico y operativo de 44 personas entre la oficina nacional y las 8 departamentales que mueven toda esta maquinaria educativa de proyectos, intenciones y objetivos sociales; cuya principal premisa se resume en brindar una educación de calidad y  a quién más lo necesita; ese nuestro insustituible e innegociable postulado ayer, hoy y siempre.

Hoy 9 de mayo, al estar Fe y Alegría Bolivia de aniversario (como conmemoración al artífice de este movimiento en nuestro país: Humberto Portocarrero, cuyo fallecimiento originó este reconocimiento institucional), reafirmar nuestro sólido compromiso con todos nuestros estudiantes “los y las que están y con los y las que vendrán”, que constituyen nuestra razón y leitmotiv; a seguir involucrados incondicionalmente con la causa iniciada, que en todo lugar y momento siempre serán requisitos sine qua non  de toda sociedad libre, inconformista y que desea salir adelante por sus propios medios, habilidades, capacidades y competencias; y que si bien para el educador popular es una tarea vocacional permanente de superación, actualización constante y contextualización (al sitio y al sujeto); es probablemente una de las más reconfortantes, útiles y beneficiosas para el individuo y la sociedad en su conjunto: la educación cálida y de calidad.

Felicitaciones a la gran familia Fe y Alegría Bolivia y todos sus vitales engranajes humanos: estratégicos y operativos, que día a día posibilitan iluminar las mentes y las conciencias de niños y jóvenes bolivianos, aportando de esta manera e institucionalmente  con nuestro pequeño gran granito de arena a la educación boliviana. 

Por Rodrigo Camacho Patón

Asesor Nacional de Formación para el Trabajo

Fe y Alegría Bolivia

9 de mayo del 2022




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